“Romper barreras, integrar y compartir más, suponen en sí
mismos una importante herramienta creativa que eleva la mirada
hacia un futuro por escribir”

 

Un cristal y una puerta es lo que separa en Ambivium dos universos: el restaurante, con su ruido, sus prisas, sus nervios, sus botellas desfilando, sus platos calientes, sus “oído”, sus tic-tac de los relojes; y el Laboratorio de Armonías, con su calma, su pizarra y su olor a sueños.

¡Qué difícil es a veces pensar! Parar y ver el porqué de los pasos que damos de cada procedimiento aprendido como una oración. Y para eso, para pensar, hemos construido este espacio.
Que ¿qué hacemos allí? Pues a veces no lo sabemos. Cocinamos, pensamos, discutimos, imaginamos, dibujamos, (nos desesperamos), pero, especialmente, soñamos. Hemos conseguido crear un espacio multifuncional que, estando a solo un paso, logra estar muy lejos de la tensión de los servicios y de la sala.

Laboratorio de ArmoníasUn sitio en el que nada es una mala idea, porque las peores pueden ser el germen de las mejores futuras propuestas, de armonías impensables… y perfectas. Allí tenemos una pequeña cocina propia para hacer todas las pruebas del mundo, libros, apuntes… pero lo mejor es que tenemos muchísimo stock de una cosa: sacos de ilusión y valentía. Valentía para equivocarnos; y para seguir.

Nos gusta decir que la diferencia entre un sueño y la realidad es solo la fecha. Que ¿qué hacemos en el Laboratorio de Armonías? Pues a veces no lo sabemos, pero trabajamos para que esas dos fechas sean más próximas. Es nuestra pequeña fábrica de sueños, es nuestro pequeño rincón de pensar, y… ¡qué explote!, ¡qué explote todo en la sala!