El pan de coscoja de la Panadería Cáceres de Campaspero, no se jubila.

El pan de coscoja, una torta elaborada con aceite, que le aporta una textura única y un color dorado en la corteza, y otras deliciosas elaboraciones de Panadería Cáceres, ubicada en Campaspero, no desaparecerán al jubilarse sus artesanos panaderos.

Gracias a Alma Carraovejas, el proyecto continuará y podrá seguir ofreciendo una receta tradicional de la comarca que forma parte de la selección de panes que ofrecemos en nuestro menú degustación, así como en las propuestas gastronómicas de las experiencias de Enoturismo de Pago de Carraovejas.

El legado del pan de coscoja proviene de dos generaciones anteriores a Angelines García Cáceres, quien, junto a su marido, José de la Fuente, tomaron el relevo de Panadería Cáceres en 1995. Ahora pronto les llegará el momento de jubilarse, pero no a las elaboraciones que preparan y hornean en la localidad de Campaspero, ya que desde Alma Carraovejas se va a dar continuidad al proyecto.

De esta manera, este pan de estilo torta de aceite tan típico de nuestra región no quedará en el olvido, y junto a otros tipos de panes, barras y dulces, como su codiciada torta de chicharrones, las pastas de piñones y almendras o las rosquillas de palo, continuarán saliendo del horno y contarán con aprendices de sus recetas y apoyo para el futuro.

Porque desde hace varios años el pan de coscoja es uno de los acompañamientos estrella a las elaboraciones tanto de nuestro menú degustación, como de las propuestas gastronómicas de las experiencias de Enoturismo de Pago de Carraovejas. La receta requiere de levadura con una baja hidratación que se añade en cantidades mayores que a otros tipos de panificaciones y que requiere dos cocciones, además del posterior pintado con aceite. Un proceso y unos ingredientes que le proporcionan su característico sabor, su corteza crujiente y su particular aroma.

pan coscoja

Servicio de pan en Ambivium

«Es una cosa buena para el futuro dejarlo en manos de Alma Carraovejas» asegura Angelines quien reconoce que «además de los clientes de toda la vida, que ahora nos valoran incluso mejor, también nos llegan otros que han visitado Ambivium o han estado en Pago de Carraovejas y tras probar el pan de coscoja quieren llevárselo a sus casas. Y además tenemos una buena ubicación al estar entre Cuéllar y Peñafiel y muchos paran en la panadería».

 

Una riqueza gastronómica que forma parte de la historia y las tradiciones de la comarca que mantendremos viva y que pasará a ser una herencia culinaria para futuras generaciones. Y también un valor cultural para la zona de Peñafiel que forma parte del acompañamiento de otras mesas y hogares a los que abastece Panadería Cáceres; una comunidad que también se ve beneficiada de que su buen hacer no desaparezca. «Ahora tenemos más trabajo porque más establecimientos se han interesado por contar con nuestros productos. Algo que nos enorgullece y nos alegra porque imagínate el no tenerlos…» asevera Angelines conocedora de la buena calidad de sus productos que ahora llegan a más comensales.

pan de coscoja

Pintado de los panes de coscoja con aceite

Estamos encantados de poder preservar y compartir la historia de este producto enraizado a nuestra tierra que disfrutáis cuando nos visitáis; un producto que sorprende a quienes no lo conocen y que enorgullece para quien forma parte de su acompañamiento gastronómico; un producto que despierta curiosidad y goce en todos los que lo prueban, y que seguirá haciéndolo gracias a quienes lo llevan elaborándolo durante muchos años y así seguiremos: ¡larga vida al pan de coscoja!