Somos coleccionistas de momentos. Está en nuestra naturaleza. No hay nada más poderoso y evocador que la memoria de un instante. Recordamos olores y sabores, texturas y sonidos, sensaciones y, especialmente, emociones.
Por eso, a la hora de plantear la última edición del Otoño Enológico nos propusimos un reto ¿por qué no crear un momento único? ¿por qué no hacerlo a través de algo que solo pueda suceder una noche en el tiempo? ¿por qué no hacerlo, además, a través de pequeños momentos efímeros? Momentos que se perderán en lo físico en solo un instante pero que perdurarán en la memoria de los 60 invitados a nuestra cena.
Ese era el reto… y así nos lo planteamos.
Tras la visita de nuestros compañeros en bodega; recorriendo cada espacio de la historia de Carraovejas, escrutando cada rincón y conociendo su método de elaboración, empapándose de todos los procesos que hacen grande a nuestros vinos…llegó nuestro momento.
Tras la bienvenida de Pedro Ruiz y un anticipo del itinerario de este viaje diseñado por Guillermo Cruz, empezamos la travesía. Primera parada Cuba. Inspirado por nuestro último viaje a La Habana, un pequeño snack de caña de azúcar junto a un daikiri nos introdujo en el ambiente.
Las ostras y la caza junto a un champagne Philipponnat redondearon una segunda parada cuyo objetivo fue evocar los cinco sabores que percibimos para disfrutar de una experiencia completa.
La tercera nos llevó a Japón. ‘Tako y Caviar’ como homenaje a la típica gastronomía callejera de la ciudad de Osaka (takoyaki). Buscamos hacer algo único de un acto cotidiano combinado con caviar y, por supuesto, sake. Un lujo efímero cargado de intangibles.
Si un viaje de mil millas comienza con un solo paso… un viaje de la Provenza a Fuentenebro debe contener, inevitablemente, al vino como eje conductor. El rosado Milsetentayseis La Peña conjugó a las mil maravillas su armonía con la de una Bouillabaisse de Provenza.
Como tributo al origen, viajando casi 40 años en el tiempo, la primera añada de Pago de Carraovejas ‘1991’ ensalzó a una elaboración que aunó tradición y vanguardia “Trompeta de los muertos, papada y mollejas de lechazo”.
Un clásico de la Ribera no podía faltar en una cita como esta: Valbuena 3er año 79´ de Vega Sicilia para dar sentido a una armonía de “Arroz de caza y Setas” como homenaje a los antepasados de nuestra tierra.
Los capiteles del monasterio de Santa María la Real de Nieva, reflejan actos de la vida cotidiana desde hace siglos; dando especial importancia a las actividades que sostenían la economía y cultura de la zona. Ganadería, agricultura, pesca… bajo esta premisa nada mejor que poner en escena a nuestro querido Capitel 16 de Ossian junto a ‘Trucha y Jamón’. Una elaboración basada en el entorno, en el paisaje, en nuestro terruño más querido.
Una armonía completa, emocional, que nos transmite los sentimientos de la gente que vive en Piamonte y que, por afinidad, nos transporta a su territorio: Steak Tartar elaborado en directo por nuestro equipo con filete di castrato, queso castellmagno y, por supuesto, trufa blanca del Piamonte. Como no podía ser menos, Borgoño 2016 fue el protagonista.
Uno de nuestros vinos más queridos y que solo se puede disfrutar en Ambivium, Ossian Dos Inviernos, armonizaba el principio del fin: ‘Membrillo nixtamalizado y Arroz koji’, un trampantojo de la botrytis cinérea ideal para vinos dulces como Dos Inviernos.
Las barcas del Douro realizan un viaje desde las viñas hasta las bodegas para, posteriormente, realizar su crianza trasladándolas también a través del río llegando al punto más alto (cénit) de estos vinos. Cénit fue el nombre del plato que cerraba junto a un Oporto un viaje en el que los sentimientos, la magia, la conexión emocional y, por supuesto, el hondo calado de una noche que sabemos que jamás repetiremos, planeó sobre todos los invitados.
No queremos cerrar este pequeño viaje sin resaltar la impresión de Henar López para El Adelantado de Segovia y que es la mejor respuesta que podemos obtener de una noche mágica: “El valor principal de Alma Carraovejas son las PERSONAS. Siempre han apostado por las personas y, eso, se nota”. Desde dentro, solo podemos dar las gracias por dejarnos compartir una noche que nunca más se repetirá.
¡Nos vemos en la Edición número 11!